lunes, 21 de mayo de 2012

Quo Vadis


Te suena todo a latín. 






Las cosas se agolpan en la rejilla de tu incomprensión. No hay desagüe que valga, te sientes ahogado. Todo sucede demasiado deprisa y los pequeños detalles se agolpan a las puertas de tu entendimiento. A codazos. Dando gritos. Increpando. ¿Por qué no les dejas entrar? Necesitan pase VIP para introducirse en tu sala recelosa, temeraria, revestida de alegría y con trasfondo de penuria y melancolía. El papel de la pared se cae a pedazos. La pulcritud de tus rincones ha quedado cegada por la desolación. No sabes qué hacer. Quo vadis?

Imberbe. Te sientes como un niño, como el niño que un día quiso echar a correr sin mirar atrás. Hacia ninguna parte. Esa fantasía tan recurrente en largometrajes y videoclips, de la que te sientes protagonista. Cerrar los ojos para no pensar, y después respirar. Y respirar y volver a sentir ese titubeo, ese suspiro entrecortado. Y volver a correr, y correr y correr. Y no parar. Hasta desfallecer. No sabes qué hacer. Quo vadis?


Has caído en el suelo. Pero no has tropezado. El cansancio ha procurado que te detengas. Quizá para ti haya reservada algo más que una carrera. Quizá para ti, la avalancha sea repentina, pero eficaz. Todo sucede demasiado deprisa, pero ya lo has entendido. ¿Y por qué no arriesgarse? Al fin y al cabo… No sabes que hacer, pero...


Alea iacta est. 

sábado, 19 de mayo de 2012

Sangre y alcohol


Te falta sangre en las venas y te sobra alcohol.
Eres poeta de tus necesidades. Un continuo soliloquio que diriges, produces y protagonizas. Sostienes la falacia de que el guion es tuyo, pero no es así. Eres una marioneta de tus propios antojos, que inundan tus manos de aire y tus palabras de vacío. Persigues a la rutina y la rutina te persigue a ti. Te sientes dominante porque te acorrala tu propia vanidad. Eres líder de nadie, profeta de indiferentes. Fustigas a los distantes, porque no persiguen tus elogios. Miembro de la egolatría, solo aceptas a quienes saben mezclarte las copas. Cóctel con absenta. Vives para sentir y sientes para vivir. Pero no te has dado cuenta de que estás muerto. Falleciste entre copas de alcohol, deshecho en la penuria de lo que no hiciste. Hundido en la indecisión de lo que pudo haber sido. Qué triste es vivir sin arriesgar. Pero más triste es morir sin haberlo intentado.




Te faltó sangre en las venas. La supliste por el alcohol.

lunes, 14 de mayo de 2012

El hijo del fontanero

     El avión despega. Hoy sube Pellegrini y baja Lotina. Así lo muestra la sexta página del Periódico de Cataluña. Y es que nuestro momento es comparable al del vuelo de un Boeing 787. Aproximadamente, unos 200 pasajeros son los únicos privilegiados que tienen su plaza en él, mientras que el resto continúa en la tierra, ahogándose en el diluvio universal. Y nunca mejor dicho, puesto que a la democristiana Ángela Merkel parece que le da la espalda hasta su propio Dios. ‘Tropezón de Merkel’ titula el editorial catalán. Resulta que su popularidad ha crecido de forma inversamente proporcional a como lo han hecho sus apoyos. Ser Trending Topic en Twitter no es sinónimo de buena noticia, precisamente. Y si no, que se lo digan a Lotina. Pocos centímetros separan en el papel a estos dos personajes, tan distantes geográficamente. Y es que las apoteósicas carreras de ambos descienden precipitadamente, de forma tal que recuerdan a Jack Wagner en Aterrizaje Forzoso. 

     El peligro está de moda, oiga. Las próximas portadas de las revistas de moda nos revelarán las claves para estar guapas en nuestro sustillo de muerte; en Vogue los diseñadores más prestigiosos se apuntarán a esta nueva tendencia mostrando sus colecciones más atrevidas, y en la Cuore podremos ver los AARG!’S más morbosos de nuestras estrellas estrelladas.  La moda es el riesgo. Albelda ya lo ha probado. En Ibiza, concretamente. Quizá algún seguidor del Shalke manipuló los motores de la avioneta (un sabio dijo una vez que en las Baleares hay más alemanes que en la propia ciudad de Berlín). También se apuntaron a la diversión los herederos al trono de Noruega. Haakon y Mette-Marit fueron evacuados hace pocos meses de un avión en el que se producía una explosión. Quién sabe, tal vez su cuñaíta Maria Luisa le tenga guardado un cierto resquemor. Las herencias, oiga. Y siguiendo con los aterrizajes forzosos… Algo que conoce muy bien también el singular Margallo, cuando afirmó que sintió los primeros días del gobierno popular como un aterrizaje forzoso, ‘como quien se ve obligado a cambiar las cañerías, al tiempo que continúa dando agua’. Nuestro Ministro de Exteriores tiene vocación de fontanero. Confiemos en que realice bien su trabajo y no se encargue de hacer favores a amas de casa que curiosamente no saben emplear los anticonceptivos. Estén tranquilos si su próxima chapucilla es en casa Islandia, la Primera Ministra es perfectamente homosexual. Aunque aquí hay mayonesa para una telenovela europea. Hablando de hijos de fontaneros,  Leo Kirch amasó toda una fortuna y terminó cayendo en bancarrota. Así que es totalmente desaconsejable. 

     No echemos más Urdangarines al fuego, la cosa no está como para tirar cohetes, Froilán. Hijos de fontaneros, sorpresas mañaneras, ahora el tema va de penaltis.  Como el de Ramos, si es que la Rae aún no ha inventado un nuevo término para designar a ese ataque a la Estrella de la Muerte. Y a continuación Fundéu nos enseñará a escribirlo bien, como decía un twittero. Y para terminar, Bibi Aído nos dirá cómo ponerlo en femenino. Y es que la cosa va de aviones. O de OVNIS. O de cosas que vuelan, qué más da. Incluso de buques, si quieren. El caso es que nuestro Titanic se hunde. 2012, el año del fin del mundo, así lo dijeron los mayas, y así está siendo, al menos, para mundo moderno. Porque el antiguo se murió hace mucho. Entre la decadencia y la pobreza. Fue un calling station, que diría un jugador de póker. El problema es que a este le han obligado a ser pasivo, no lo hizo por convicción. El dealer ha repartido las cartas a su conveniencia y no nos damos ni cuenta. Solo ahora, cuando las cartas nos las empiezan a quitar a nosotros. Y ya es tarde. Hemos perdido un juego en el que siempre se nos avisaba. O eso creíamos.


     Porque no nos ha llegado por Whatsapp.





domingo, 13 de mayo de 2012

El escombro de una vida


     Amanece en Angry Land. 

     Las primeras luces se infiltran en la habitación, discretas y mudas, a través de los cristales del ventanal, reverberan en el espejo de la habitación, y terminan sumiéndose en los cabellos de una mujer que postrada, dormita plácidamente. De no ser por el sonido de su respiración entrecortada, podría asegurar que está muerta. De vez en cuando se mueve, girando sobre sí misma entre unas sábanas de algodón color caoba que ahora mismo se deslizan peligrosamente hacia el precipicio de la cama. Sus pies sobresalen varios centímetros del colchón, esperando que las zarpas de ese monstruo infantil con el que tanto soñaba, se la lleven consigo hacia los bajos más oscuros de la cama. La máscara de pestañas corrida por sus mejillas desvela lágrimas secas que un día expresaron dolor. Hoy tan solo desesperanza.

     Podría averiguar figuras entre las formas de sus marcas. Se automutila, para que el daño que los demás puedan hacerle no le cause más dolor del que ella es capaz de infligirse. Entre sus manos ennegrecidas reposa un reproductor mp3 al que aún no se le ha acabado la energía. Coldplay le canta a todas las cosas estúpidas que hizo. Singing out, oh I never meant to cause you trouble. Oh, I never meant to do you wrong. En ocasiones le hubiese gustado evolucionar, ser diferente, pero terminó apagándose como la bombilla de bajo consumo de la mesita. Fue una mujer muy hermosa, radiante, esplendorosa, siempre con una sonrisa cruzada en la cara. Parecía que aquel gesto era el hilo que articulaba todo su cuerpo. Nadie la imaginó frágil, ténue, fútil. Su belleza le llevó a la perdición. Su entorno comenzaba a verla como un pedazo de carne sin motivaciones ni conversación, una cara agradable como muchas, que jamás llegaría a entender ciertas conversaciones y a la que se le vetaban ciertos temas. Los hombres la tenían por tonta. Corta, desequilibrada y estúpida. Era un aparente objeto de muchos, pero propiedad de ninguno. Muchas veces se hacía la ignorante. Callaba y asentía, guardando todo aquel rencor hacia quienes la pisoteaban. Con el tiempo empezó a serenarse. Ya veía venir a todos y cada uno de los hombres, siempre supo quién merecía la pena y quién no. Y cuando decir hasta aquí. Aprendió a plantarse, a emplear las evasivas, a ser un poco perra, a ser paciente, a pedir perdón y a perdonar. Pero nunca se perdonó a sí misma.
     Nunca supo aceptarse. Nunca se amó, ni se dirigió una palabra de afecto. Y terminó sobre un somier desgastado en una habitación vacía. Tirada y tarada. Sin planes de futuro ni mayores picardías. Abandonó su alma junto a un frasquito de cristal en lo alto de la cómoda, se desprendió de todos sus recuerdos y regresó a su mundo de la Nada. Terminó siendo lo que nunca quiso ser, un cuerpo vacío en el escombro de una vida.
  Oh no, I never meant to do you harm ...

     Anochece en Angry Land. Las luces artificiales de la ciudad han reemplazado a la cálida luna, que esta noche no saldrá. El reproductor se ha apagado y la habitación ha enmudecido. Ya no se escucha suspiro alguno ni respiración. Musarañas invisibles comienzan a tejer sus telas alrededor de un cuerpo que sin vida, se extiende a lo largo de una cama. Las sábanas reposan en el suelo. Han sabido bajar a tiempo de un tren que ha terminado descarrilando. Tan solo un último movimiento perturba el sosiego de aquella habitación. 
     Un osado bote de pastillas se desliza entre unos dedos que un día tuvieron una mejilla a la que acariciar. Mientras se desploma por el suelo todo su contenido, una sonrisa desgastada se dibuja en un rostro que jamás perdió la esperanza de volverse a encontrar…
    
    

     Hasta exhalar su último suspiro.





martes, 8 de mayo de 2012

Primer escalón


     Recién llegada a casa después de un día intenso y decisivo en nuestra carrera. A priori puede parecer absurdo, pero os puedo asegurar que la visita que hoy hemos realizado a Madrid ha cambiado aún más -si cabe- mi forma de ver el mundo, mi mundo, nuestro mundo, el mundo de la Comunicación, y sobre todo, del Periodismo. 

     Conforme se iba acercando el autobús a la calle Arturo Soria sentía palpitar algo dentro de mí. Podría asegurar que el autobús entero vibraba en el momento en el que nos acercamos a las instalaciones de Unidad Editorial. Un breve recorrido por las redacciones de 'El Mundo', 'Expansión' y 'Marca' aceleraron el pulso de los allí presentes. Alguien vio a Pedro J. A otro le rozó el hombro. Los bajos instintos se apiadaron de muchos, y de otros tantos las ganas de aniquilar. El culmen: comprobar cómo se trabaja en uno de los estudios de Radio Marca. 

     Tras una breve pausa para comer, nos adentramos en el aparentemente desértico mundo de Antena 3. Sentados en el plató de 'Espejo Público' podríamos adivinar entre las sombras la figura de Susana Griso, y de los cientos de personas que forman parte de su equipo. Una trabajadora un tanto exigente nos aleccionó sobre las medidas a tomar para luchar por nuestro futuro: trabajo, trabajo y más trabajo (e idiomas), pero no sirvió para hundirnos, sino para motivar nuestro deseo de luchar por comunicar. Paseando por los pasillos nos topamos con Manu Sánchez, más delgado de lo que aparenta (es cierto eso de que la televisión engorda); y llegamos al plató de informativos, donde nos encontramos para nuestra sorpresa con el grandísimo Matías Prats, que nos regaló diversos consejos para fomentar nuestro aprendizaje. Roberto Brasero subía por las escaleras mientras abandonábamos el plató, y los azorados redactores trabajaban como si aquel mundo de sueños fuese lo más cotidiano para ellos.

     Tras recorrer varios metros llegamos al estudio de 'Ondacero', de donde salía el mismísimo Raphael, tras ser entrevistado. '¿Venís de Salamanca? Si acabo de actuar allí!' Y entre varias risas y gestos peculiares nos despedimos de otro grande. Carlos Alsina merodeaba entre las mesas de redacción, y de Julia Otero solo pudimos percibir su voz a través de las ondas, ya que ella emite desde Barcelona. 

      La visita concluyó, y con melancolía, regresamos a Salamanca, donde ahora nos encontramos. 

     Viento en popa a toda vela. Tras haber podido presenciar todo esto hoy, y haber podido contemplar a José Ramón de la Morena ayer alabando a las chicas del Perfumerías Avenida, Pablo Alborán y el mismísimo Vicente del Bosque en la retransmisión de 'El larguero' desde Salamanca... 

     Solo puedo decir que lucharé por comunicar, por hacerlo eficazmente. Y sobre todo, por conseguir que miles de personas puedan sentirse acompañadas a través de lo que un día se creó para informar, y que hoy se ha transformado también en una lujosa compañía de la que me gustaría formar parte. 

     Jamás se me olvidará este día. 

     Y no puedo estar más orgullosa de estudiar PERIODISMO.